Arrabal amargo Arrabal amargo metido en mi vida, como la condena de una maldición. Tus sombras torturan mis horas sin sueño, tu noche se encierra en mi corazón. Con ella a mi lado no vi tus tristezas, tu barro y miserias, ella era mi luz. Y ahora, vencido, arrastro mi alma, clavao a tus calles igual que una cruz. Rinconcito arrabalero, con el toldo de estrellas de tu patio que quiero. Todo, todo se ilumina, cuando ella vuelve a verte y mis viejas madreselvas están en flor para quererte. Como una nube que pasa mis ensueños se van, se van, no vuelven más. A nadie digas que ya no me quieres. Si a mí me preguntan diré que vendrás. Y así cuando vuelvas, mi almita, te juro, los ojos extraños no se asombrarán. Verás cómo todo te esperaba ansioso: mi blanca casita y el lindo rosal... Y cómo de nuevo alivia sus penas vestido de fiesta mi viejo arrabal.