Es una casita blanca Con ventana da al jardín Se oye muy suave a lo lejos La armonía de un violín Es una camita blanca Una mesita, una flor Varias sillas distraídas Que contemplan aburrida A una enfermita de amor Eternamente una sonrisa Por su boca se desliza Impregnada de dolor Y en su mirada serena y pura Hay un libro de amargura Y una novela de amor