Soñé una mujer vendada de los ojos y pendiendo de su mano una balanza, vi serena, sin decirme nada, triste, desahuciada, se marchó. Soñé que abriéndome sus brazos luego regresó, desarrapada y vuelta en llanto me besó. Le tuve grave algunos años y balanza en mano luego falleció. Entonces dos ejércitos ondeando sus banderas pedían guerra. Dejaban muerte, gente que tenía por trinchera una cuna, una casa, una vela. Soñé a la mujer en sueños nuevamente aquí, su túnica perfecta, su balanza y sonriente se acercó a tocarme jurando refugiarse de su exilio en mi país.