Niño que ya no naciste dónde te fuiste, yo ya te amaba, sangre empezada muerte olvidada, canto de nadie, sombra que nace que alguien te abrace. Crece a la sombra de un árbol la flor del cardo rojo y ceniza, flor que lastima duerme tranquila; cuando se seque, flor amarilla será semilla. Niño no digas adónde tu alma se esconde cuando te nombro, tu madre llora quién la enamora; será más tuya, sangre que crece, cuando regrese.