Este río no es un río, es una cinta de plata ciñendo dos corazones dolidos por la distancia. La vez que la vi en el río lavando su bata blanca, la luz se vistió de fiesta y el viento sembró calandrias. Este río no es un río, es una cinta de plata . Yo la salude al pasar. Ella me miró callada, Entre mi sombra y su sombra pasaba brincando el agua. Yo vivo en el peñascal. Ella vive en la quebrada. Entre mi rancho y el suyo cuatro cerros se levantan. Este río no es un río, es una cinta de plata. Yo seguí para las cumbres. ¿Para qué decir palabras? Todo lo dijo la tarde, la luz, la piedra y el agua. ¡Si habré mirado las nubes como quien escribe cartas, si habré contemplado cóndores envidiándoles las alas! Este río no es un río, es una cinta de plata . Este río no es un río, es una cinta de plata. ciñendo dos corazones dolidos por la distancia. Yo solo en el peñascal. Ella, sola, en la quebrada. Y estos cuatro, cerros bravos que entre los dos se levantan. Este río no es un río, es una cinta de plata. A las vertientes de arriba me fui todas las mañanas para mandarle mensajes en la espuma y en el agua. Yo sé que ella entiende bien la voz del río que baja, cuando se va por las tardes besando las piedras pardas. Este río no es un río, es una cinta de plata. Alguna vez miraremos los dos cómo nace el agua en las verdentes de arriba y como cantando baja. Este río no es un rio es una cinta de plata, ciñenendo dos corazones dolidos por la distancia.