Alberto Cortez

El Río

Alberto Cortez


Este río no es un río, 
es una cinta de plata 
ciñendo dos corazones 
dolidos por la distancia.

La vez que la vi en el río 
lavando su bata blanca, 
la luz se vistió de fiesta 
y el viento sembró calandrias.

Este río no es un río, 
es una cinta de plata .

Yo la salude al pasar. 
Ella me miró callada, 
Entre mi sombra y su sombra 
pasaba brincando el agua.

Yo vivo en el peñascal. 
Ella vive en la quebrada. 
Entre mi rancho y el suyo 
cuatro cerros se  levantan.

Este río no es un río, 
es una cinta de plata.

Yo seguí para las cumbres. 
¿Para qué decir palabras? 
Todo lo dijo la tarde, la 
luz, la piedra y el agua.

¡Si habré mirado las nubes 
como quien escribe cartas,
si habré contemplado cóndores 
envidiándoles las alas!

Este río no es un río, 
es una cinta de plata .

Este río no es un río, 
es una cinta de plata.
ciñendo dos corazones 
dolidos por la distancia.

Yo solo en el peñascal. 
Ella, sola, en la quebrada. 
Y estos cuatro, cerros bravos 
que entre los dos se levantan.

Este río no es un río, 
es una cinta de plata.

A las vertientes de arriba 
me fui todas las mañanas 
para mandarle mensajes 
en la espuma y en el agua.

Yo sé que ella entiende bien 
la voz del río que baja, 
cuando se va por las tardes 
besando las piedras pardas.

Este río no es un río, 
es una cinta de plata.

Alguna vez miraremos 
los dos cómo nace el agua 
en las verdentes de arriba 
y como cantando baja.

Este río no es un rio 
es una cinta de plata, 
ciñenendo dos corazones 
dolidos por la distancia.