Viajando al interior de su mirada he encontrado una lágrima perdida, atónito la vi desorientada tratando de encontrar una salida. Antigua era a juzgar por su apariencia quizás fuera un dolor no superado o acaso un arrebato de inconsciencia pendiente en los archivos del pasado. La invité a compartir mi trayectoria, la lágrima aceptó y fuimos juntos visitamos amores sin historia y alguna decepción entre otros puntos. Pasamos un cultivo de proyectos y luego por un campo de ilusiones, desde allí decidimos ir directo al centro visceral de las pasiones. Al verse ante el despojo de un olvido la lágrima tornose llanto intenso, a veces las pasiones dan motivo de abusos en amores indefensos. De pronto una luz incandescente nos pidió de seguirla muy despacio intensa era muy blanca y transparente una pluma flotando en el espacio. Soy el alma, afirmó, de esta criatura sin mi luz ella nunca existiría yo soy quien abastece su ternura y su amor y su fe y su alegría. Después de deambular por tantos lados volvimos otra vez a su mirada, encontramos los párpados cerrados dormía al parecer despreocupada. Concluye aquí la crónica del viaje que hicimos a través de su mirada una lágrima y yo por el paisaje del alma y los sentires de mi amada.