En los jardines de la loca fantasía Allá en los días venturosos de un ideal Se oye a lo lejos, con extraña melodía Tiernos gorjeos del jilguero y del zorzal Son bellas aves que con cantos placenteros Mezclan sus trinos al murmullo matinal Y en la floresta, madreselvas y junqueros Forman conjunto en ese cuadro magistral En ese ambiente de alegrías yo he vivido Sin que la dicha me rozara el corazón Ninguna espina en mi camino Me hiciera fiero lamentar algún dolor Más cuando un día de los negros de mi vida Pulsé mi lira con acento sin igual Note alarmado que una ráfaga perdida Calló mi canto y las endechas del zorzal Siempre recuerdo con sin par melancolía Los dulces días que vivía en ese edén Cuando embarcado en mil coloquios y alegrías Todo incitaba hacia el amor de una mujer Y aquella ingrata que sentaba yo a mi lado Embelesado en su hermosura sin igual Fue por un tiempo el pensamiento más amado Que llenó mi alma, ese ensueño accidental Más si su lado emponzoñado de mí sino Que sembrara en mi camino las espinas del dolor Y aquellas bellas ilusiones tan amadas Se mostraron despiadadas con mi pobre corazón La bella aurora que en otrora vislumbrara Se tornó en la madrugada de mi triste amanecer Por qué esas horas tan hermosas, tan queridas Se alejaron de mi vida, para nunca más volver