Te traigo una melodía como regalo de viaje tu me dirás si es bonita, si por algo te la traje. Oyela, te la quiero cantar. En mis horas de negra distancia tan lejos del nido una sombra se mete en mi alma complejo de olvido. Y esa sombra se vuelve misterio, se vuelve tristeza se hace polvo en mis noches sin brillo testigo de niebla. Sin tu voz que me diga mentiras, mentiras divinas soy la hoguera que no tiene fuego, que no tiene vida. Sin la luz de tus dos esmeraldas, lágrimas de selva no hay amor, ni sendero ni playa, ni luna ni estrellas.