El sueño cabalgaba Como saeta enloquecida. Era turbio y no tenía final, Tan sólo estela. Imposible girar contra su sino. Hay que dejarse hacer, Pero las riendas... ¿pero acaso las riendas Prometen un camino? No hay que olvidar la lluvia Cuando susurra un canto. Ni su cálido acento De bambú disconforme. Hay que sentirse parte De sueño que florece. Parte del fruto grano Por el tiempo y nosotros. Y hay que empuñar el día Como se empuña el canto. El sueño cabalgaba Como saeta enloquecida. Era turbio, y no tenía final, Tan sólo estela. Imposible girar contra su sino. Hay que empezar a ser, Pero las riendas... Nuestras serán las riendas, La historia y el camino