No duermas, hermano... En estas horas de madrugada despierta y vela como yo hago. Que durmiendo no logras andar ni un paso, y no andar, es perder un poco lo ya andado. Despierta la cabeza. Ten los sentidos claros. Agúzate el oído. Escucha entre lo blando. Por la calle camina el obrero al trabajo. Escucha como marcha callado y cabizbajo. Escucha ese borracho que va cantando. No te creas sus risas, que está llorando. Oye a la prostituta volver de su trabajo. Se ha ganado su pan con el cuerpo sudado. Escucha el tintineo de monedas robadas. Robar no es un pecado si no se tiene nada. No duermas, hermano. El obrero parado duerme intranquilo, quizás durmiendo olvida que no ha comido. El empresario da muchas vueltas. Duerme, empresario, duerme con tu conciencia. los carros, la basura se están llevando. Si se llevaran toda no habría carros. Dicen: "la noche sirve para el descanso". No se puede, mi amigo, descansar tanto. ¡Qué larga que es la noche! ¡Qué no vivir tan largo! ¡Cuánta ilusión perdida viviendo este letargo! Mas la luz va volviendo, sabemos dónde vamos y a nadie se le ocurra llevarnos de la mano. No duermas, hermano. ¡No duermas, hermano! ¡Que la noche se muere y el día está llegando!