Cae la noche y se abrirán las heridas de este trágico ritual, no me queda vida mas. Falsos santos olvidaron proteger La embestida de la Bestia hija de la adversidad. En mi aliento llegan ya las plegarias a tu oscura dignidad. Sombra de la oscuridad Príncipe de las tinieblas páctame toma sangre de mis venas por un día de oropel. Por la tierra que desangra por el aire que aquí nos falta. El crepúsculo final se interrumpe con la voz de La Maldad Misteriosa y sentencial, emergió de su latebra a inficionar la intención de mi poesía ultrajando mi clamar.