Hubo un cielo azul por morada dependiendo en ti se agotó ya no ven color las pupilas y ese valle, el sol, de ficción. Un buzón quedó en la viña que regó un volcán de ilusión se llenó en papel, de sonrisas de facturas que hoy pago yo. Queda el rumor de la pasión un fuego ya sin hogar no soy guardián de los celos del viento que separó la mecha de un corazón. Abracé el sabor de los pechos de la piel mojada de satén un cigarro, el fin, consumido junto al alba ahogo la evasión. No soy guardián de celos no soy guardián de celos del viento que separó la mecha de un corazón.