En la búsqueda del mango que es el karma de mi vida esta historia es repetida, casi no merece un tango. A escruchar una oficina con el Rengo y el Carniza y el Pelado, que organiza, dice que es pura rutina. Y llegaré preñados los bolsillos, se ablandará por fin tu cuore lento. Traeré escocés, falopa y cigarrillos, y reirás cuando en la cama tire el vento. El Rengo pone su Chevy, yo llevo los cuatro fierros, y el Camiza por si hay perros trae un pecheto con vino. Si todos ponemos huevos nos asegura el Pelado, el plan deja descartado que nos encanen de nuevo. Y vas a ver que no era puro cuento.